miércoles, 25 de mayo de 2016

Listas que confeccionar antes de Fallecer.


  En el tenor de las listas (de las que se hacen alguna vez en la vida),no creo que haya algo más
inútil y fuera de foco que ciertos tipos de cosas que habrían que "hacer antes de fallecer". Los
cien libros que hay que leer,los diez lugares a los que tiene que viajar,los titantos restaurantes
en los que hay que comer; todos requisitos sin los cuales la vida quedaría burdamente incompleta.
  A diferencia de la mayoría de otras listas, son enumeraciones de cosas cuyo común denominador
no se encuentra en un atributo en especial (como por ejemplo,las quince canciones para escuchar
mientras llueve o los seis moteles para ir con las pololas),sino un pretendido status que les garan-
tiza su inserción en un canon absoluto y universal. Por lo mismo,son selecciones planas,que en su
conjunto no ofrecen ninguna sorpresa,nada que se pueda descubrir que la haga valiosa para algún
curioso que quiera tomarla como carta de navegación para lanzarse a descubrir esas experiencias
"antes de morir". A lo más,en un gesto de aburrimiento,se podría hacer una suerte de turismo men-
tal: imaginar cómo serían nuestras vidas si nos hubiéramos acoplado a esos horarios y recetas,
imaginar qué habría cambiado en nuestra manera de considerar la vida,a lo mejor en este momento
estaríamos regando un jardín de orquídeas y rosas rojas premiadas,extasiados de haber cumplido
nuestra tarea sobre el planeta,vestidos con unos bermudas multicolores o peinados a lo Rey Arturo
o calzados con taquilleras zapatillas fosforecentes o quizás,a lo mejor,andaríamos caminando por
ahí pateando firme la perra o raspando los puños contra los muros mientras nos preguntamos dónde,
cuándo,en qué esquina de qué lugar perdimos el Norte y vinimos a parar a este punto en estos días.
  Existió un juego de salón que se llamaba algo así,como "El Gran Viaje",se jugaba sobre un Planis-
ferio,con fichas que debían viajar por lugares espectaculares del Mundo según rutas ya predefinidas;
al llegar a cada estación del periplo,le certificaban la estadía con una pequeña postal de cartón,donde
el reverso describía someramente tal destino. En el fondo,era la ruta de todos los lugares a los que
uno debería ir "antes de morir",como quien va recolectando la imagen del orbe mediante selección:
Pirámides de Egipto,Elefantes frente al Kilimanjaro,El Arco del Triunfo,El Taj Mahal,La Gran Mu-
ralla China,Machu Pichu. Nadie que recuerde sus viajes,los recuerda por esas típicas postales famo-
sas; por el contrario,la mayoría recuerda situaciones que no salen en las Guías de Viajes: calles
diferentes,caras de peatones,vehículos extraños,malos ratos,olores diferentes y sorprendentes,lluvias
repentinas,naturaleza caprichosa y maravillosa.
  La Cultura de "lo vivido" tiene también su representación a pequeña escala,con aquellas listas
obligatorias cuyo plazo ya no es el de una vida,sino de meses,incluso semanas.
  Hay libros o películas "imperdibles" que salen a relucir cada cierto tiempo,creando un ambiente
lleno de sensibilidades y conversaciones en el que todos entran con entusiasmo,aunque,curiosa-
mente,nadie parece hallarse muy a gusto. Es como haber aprendido,con mucho esfuerzo,"un nuevo
estilo de baile",lanzarse con premura y arrogancia a la pista y,de pronto presentir dentro de sí un
fuerte sentido del ridículo,que nos salva y nos lleva muy disimuladamente hacia la barra para pedir
un trago...pasa...y muchas veces.

  Que Tengan Muy Buenas Noches.
  Que Descansen.

No hay comentarios:

Publicar un comentario