sábado, 23 de junio de 2018

Estoy aburrido,estoy cansado,estoy "chato".


  Algo se destruye entre dos personas cuando uno le pregunta a la otra: "¿Que te pasa?"y le respuesta
es: "Nada". La situación comunicacional se tensa inmediatamente como un elástico a punto de cortar
  La complicidad y la intimidad afectiva se endurecen sin tranzar en una gélida "Ley del Hielo".
  Ocurre tan repetidamente entre adultos y adolescentes,pero también ocurre entre hombres y mujeres
de mediana edad y experimentados. Incluso personas de la tercera edad de lo más venerables,cuando
andan sumidos por el aburrimiento o el enojo. Y curioso,ambas partes de este diálogo infructuoso
suelen quedar rumiando la frustración en partes mas o menos iguales. Estando además en unos esta-
dos de ánimo que,si se dejaran de lado las claras diferencias de causa,efecto e intensidad,puede des-
cribirse con una misma palabra: Cansancio (fastidio,enojo,"estar chato").
  Da la impresión de que esta situación de entrada,mas allá de la cual no se ve más que confusión,lo
vuelve a uno a los miedos más básicos e internos,por lo que aparece la idea de cansancio.
  Para los niños,el cansancio es una sensación tan transparente,como para la gente del campo,los
obreros o los artesanos. En esos ambientes,cansarse tiene la misma connotación de temer,de desear,
de maravillarse. Es una vivencia de mamífero puro,antediluviano,de la que el personaje de ciudad
parece no tener;por lo menos,cuando la concibe,es de una manera confusa,arraigado por toda otra
clase de sensaciones:la gente de la ciudad dice cansarse cuando siente aburrimiento,falta de energía,
falta de sentido vital,falta de aire para subir algunos escalones más.
  Existe una diferencia entre aquella fatiga esencial,que afecta a las personas enfrentadas a los límites
de su cuerpo y la nube de sinsabores que afecta a los oficinistas,a los abogados,a los ingenieros o a
cualquiera que ,al salir del trabajo pueda ir a un Bar y revitalizarse al extremo de lucir super energi-
zado y a la vez un completo perezoso.
  El cansancio total (el del niño,el del campesino) nos recuerda al límite biológico de nuestras propias
fuerzas,el "Sumun",mas allá del cual está la muerte o la nada misma.
  Los "cansancios menores"(en los que me incluyo y estar hasta más arriba de la "tuza"(cabeza)son
como unos pequeños satélites cotidianos de la sensación original. Como pequeños destellos que in-
tentan,a lo mejor,recordarnos que en otros tiempos (un tiempo mítico de dragones y doncellas,per-
dido entre la nebulosa del espacio-tiempo) también tuvimos experiencias primordiales.

  Que Tengan Muy Buenas Noches.
  Que Descansen.

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