miércoles, 17 de octubre de 2018

Recuerdos del Pasado (2° Capítulo y final)


   Una niñez donde se era feliz con solo tenderse en el pasto,masticando un tallo de "Yuyo" fresco
y mirando hacia el cielo buscando formas conocidas en las nubes. Esas tardes de verano con los
amigos,fabricando una "chancha" donde todos cooperaban con algún elemento para darle forma.
   De ahí buscar una pendiente,cerro,calle inclinada,sanjón,lo que fuera para probarla. Nuestras
Madres nos esperaban en casa con "Metapío,agua de árnica y parches curita" pues ya sabían que
llegaríamos con raspones,machucones y heridas producto de las caídas con el vehículo artesanal,
lo que también sabíamos que mas de algún coscorrón o mechoneo recibiríamos por la arriesgada
aventura.
   ¡Que tiempos aquellos! Donde no existía la maldad,los niños eran niños,tenían juegos de niños,
vivían su niñez y a concho orientados por sus Padres. Se comía sano,se vivía sano,con algunas ca-
rencias: sin luz eléctrica,sin alcantarillado,sin agua potable. Nos alumbrábamos con velas y lám-
paras de keroseno. Las velas venían en unos paquetes de 5 o 10 unidades,el color del envase era
de un tono azul muy especial que con el tiempo fue conocido como "azul paquete de velas". A es-
condidas de los viejos,con la cera que chorreaba de la "Palmatoria",la moldeabamos y hacíamos
figuritas,mi Padre nos tenía estrictamente prohibido jugar con velas encendidas,pues se sabía de
muchos niños quemados e incendios producidos por volcamiento de estos elementos encendidos.
   La falta de alcantarillado se suplía con un "pozo negro" al fondo del patio que era bastante fun-
cional,con una estructura de madera que parecía una pequeña casa (de ahí vino la expresión:
"voy a las casitas",cuando uno desea ir al baño.) El problema venía en las noches sin luna,nadie
quería salir al patio. Los mas pequeños hacían en una "Bacinica",los mas grandes nos "programa-
bamos" para visitar el baño sólo de día. Pero cuando el cuerpo pedía..no había lluvia,temporal,
truenos,relámpagos,vientos huracanados..había que partir o te hacías en los pantalones.
  Por lo de agua potable,no nos preocupábamos. Teníamos un pozo que hasta en las sequías mas
extremas,siempre mantuvo agua. Tenía un torno manual que estaba instalado arriba de un brocal.
   Los mayores debíamos de preocuparnos siempre de mantener llenos dos tambores de 200
litros cada uno,el primero era para el lavado de ropa,el regadío de la huerta,árboles y relleno de
bebederos de gallinas y patos. El segundo era para la cocina,lavado de ollas y consumo de la
casa. En el Verano,usábamos el primer tambor como piscina en los días cuando el sol estaba
picando fuerte,no faltaba el bromista que se meaba adentro. Los patos y gallinas sufrían después
tomando agua con gusto a "pichí" y poto. Como no hablaban,nadie se daba cuenta.
   Pero,ahora pensando con lógica,no eran carencias, pues realmente no nos preocupaba,ya que
para nosotros,teníamos todo lo que necesitábamos y éramos felices.
   Como decía una viejita: "Todo tiempo pasado fue mejor",y por mi parte,tenía toda la razón.
 

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