sábado, 6 de agosto de 2016

Esa Vejez que se nos acerca..


  El síntoma más conocido de la vejez que empieza (y como cumplí 64 hace poco rato,el tema a
tratar no se me será ajeno) es la negativa a tomar las novedades y las modas. Para muestra,no sé
que es el "Pokémon Go" y nunca querré saberlo: apenas me enteré de la existencia de algo llama-
do así,cerré los ojos y oídos a toda información que me pueda llegar.
  Pero,no es que yo quiera cerrarme y rechazar a lo nuevo. Más bien,es el miedo a convertirme
en un viejo choro,un "viejoven",uno de esos ancianos que se sienten cómodos con personas me-
nores ("me entiendo con los muchachos") y manejan datos inútiles que creen ser de su interés,
pero con cierta alegría forzada y un pequeño toque de ansiedad,porque en cualquier momento
pueden llegar a confundir el nombre de un rapero con alguna estrella cabaretera de su juventud,
o se puede escapar un comentario involuntario a los cassetes.
  El signo más marcado de la llegada de la vejez para los hombres es cuando encuentran despam-
panantes a mujeres jóvenes por el sólo echo de ser jóvenes. La naturaleza,parece,les exige un por-
centaje de años bajo a la hora de soñar con una pareja,de modo que ha medida que se envejece,va
bajando la edad del objeto de su deseo. Y la noción de una mujer hermosa se acerca a la que han
manejado siempre las mismas mujeres: joven,grandes tetas (puede ser por naturaleza o cirugía)
con dientes blancos y la piel tersa. Los jóvenes tienen un criterio mucho más amplio. Cuando era
lolo (como a los 16 años) habían dos mujeres cuya presencia en clases me intranquilizaban por
igual. Una era una compañera de clases,de mi propia edad que cumplía con la descripción mas
arriba mencionada. La otra era una profesora con la cincuentena a cuestas que tenía los dientes
delanteros chuecos,de pecho plano y la piel de la cara toda marcada por un acné adolescente.(lo
que sí tenía lindas piernas y un trasero fabuloso.)
  Ya es común el comentario que la noción de la vejez nos atemoriza porque,en un mundo cada
vez más tranquilo y longevo,no hay nada que venga a interrumpir la perspectiva de un achaque
físico prolongado durante años. El remedio al desánimo que aquello puede producir es leer un
Libro de Historia o ver un Documental de la Primera Guerra Mundial y ver cómo fueron masa-
crados ola tras ola de jóvenes de 25,20 o 18 años de edad en batallas cuyo resultado era una ga-
nancia de medio kilómetro de trincheras,barro y alambradas para uno u otro dueño: Ahí nuestra
propia vida ya no nos parece tan insoportable.
  "Se aprende la Resignación no a través del sufrimiento propio,sino a través del sufrimiento ajeno"
                                                Somerset Maugham (Escritor Británico-1874-1965.)

  Que Tengan Muy Buenas Noches
  Que Descansen.

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