lunes, 6 de noviembre de 2017

El Silencio del Aburrimiento.,


  Sería interesante,a propósito que ahora hay encuestas para todo,hacer una sobre el aburrimiento.
  Las preguntas irían dirigidas a los adultos,ya que para los mozalbetes el aburrimiento es una
sombra siniestra con la que conviven día a día. Lo que se quisiera averiguar es con qué frecuencia
los adultos se aburren cuando no tienen a mano el "Kit Básico de la ocupación mental moderna",
vale decir: celulares,computadores,televisión,Wifi.
  Hace un par de años,con los temporales vinieron las inundaciones,colapsó el tráfico vehicular y
muchos establecimientos comerciales sufrieron severos daños con el agua y el barro. Al principio
la alteración de la rutina fue casi estimulante. Todos cruzaban información por las redes sociales
y fotos de principales avenidas convertidas en verdaderos ríos,en la tele mostraban con alarmante
expectación lugares inundados que para todos los televidentes eran ya familiares. El problema
surgió cuando se cortó la luz. Luego,por exceso de uso,murió la batería del celular,el computador
algo de vida le quedaba,pero no había Internet para conectar. Salir a la calle no tenía ningún sen-
tido: salir a hacer qué...y como era Invierno se oscureció muy temprano y para rematar las linternas
con las pilas agotadas o sin ellas. Estaba haciendo mucho frío y la estufa era eléctrica,así que no
quedaba otra que meterse a la cama (sin calientacama) con la cabeza hirviendo de ideas inconclusas
deformes,molestas.
  El encierro provocado por estas molestas circunstancias conducen al aburrimiento,ya que uno se
debe encerrarse justo en el momento en que la ansiedad ha crecido. Al final es sólo una cuestión de
expectativas. En general,en condiciones normales,el sólo paso del tiempo,el ser y el estar son moti-
vos suficientes de esparcimiento.
  Pero sólo basta que se desee intensamente el cumplimiento de algo para que se disponga un vacío
en la zona del pecho y los segundos en un cronómetro se vuelvan insoportablemente lentos.
  (Psiquiatría le llama a este fenómeno: ataque de pánico.)
  Afortunadamente con el tiempo uno va aprendiendo a darle prioridad a sus deseos y obligaciones.
  Se llega a un punto en que se sabe como alargarlos,diluirlos,mezclarlos con la realidad de modo
que no sean imperativos apremiantes. No existe una profundidad ni sabiduría en ello,sólo una ele-
mental sobrevivencia. Lo lógico es que de esta manera uno descubre un día (con muy poco entu-
siasmo) que ya no se aburre. Puede estar sentado en un banco de alguna plaza,arriba de un techo,
en la sala de espera de algún Hospital,en una clase de Capacitación,en la puerta de su casa,en un
bus rumbo al trabajo,en una playa solitaria,rezando en una Iglesia,bueno,en cualquier lugar exis-
tente y daría lo mismo: siempre hay cosas que recordar,observar,cosas en qué pensar.
  Están también las teleseries,los mensajes con copuchas,las estupideces publicadas en Facebook,
el fútbol por la tele,los libros piratas,los bares,las picadas,las conversaciones con personas que se
comparte cierta veta coloquial,con la gente que hay muchos entendidos a medias.
  El aburrimiento también puede sernos introducido en nuestras mentes súbitamente por medio de
una conversación impuesta,obsesiva,monotemática,referente a detalles importantes para quien nos
aborda,pero sin importancia para nosotros. Alguien quien nos detiene en nuestro caminar para con-
tarnos proyectos,sueños,películas antiguas,nos puede traspasar un ataque de pánico o matarnos de
fastidio.
  Así como un niño que en el cansancio de la sala de clase imagina que está deslizándose por un
tobogán acuático,uno piensa,observando con mucho nerviosismo los labios agitados de ese alguien
que nos tiene detenidos en el tiempo,mientras divaga a una distancia inalcanzable para nosotros,que
está en la pendiente de su propio silencio recobrado.

  Que Tengan Muy Buenas Noches.
  Que Descansen.



No hay comentarios:

Publicar un comentario