lunes, 24 de junio de 2019

Se cumple la Ley.


    Se dió el caso de una amable dueña de casa,que un día cualquiera recibió un loro choroy muy
maltrecho después de,aparentemente,protagonizar una infernal gresca con un felino de la cual
sacó la peor parte. Esta amable señora lo cuidó hasta que se recuperó por completo. El cariño
que nació después fue mutuo y pasaron muchos años de una feliz relación amistosa entre la mu-
jer y el ave.
    Y aquí sucede una situación extraña que a menudo se establece entre los individuos y la Ley
incomprensible. Un día llega la Policía,sin aviso,le informan a la buena señora que le quitarán el
choroy y que su acción de rescate,cuidado y cariño constituye un delito. Desconsuelo total de
la dama. Angustia,aflicción.
    Las Leyes no serían Leyes si estuvieran sujetas a exclusiones,pero cada cierto tiempo suceden
casos como el descrito,que ponen en duda lo que se considera realmente justo. De vez en cuando
llegan del Sur de Chile imágenes de vendedoras de hortalizas,por lo general Mapuches,en las que
unos Carabineros les quitan sus atados de cilantro,papas y piñones como si fueran atados de
cocaína o pasta base. Es una escena tan común como una postal del Volcán Villarrica o el Lago
Budi.
    En nuestra Capital también ocurren escenas de este tipo,a lo mejor no con tan evidente falta
de criterio,pero no menos absurdas: Carabineros botando a la basura bandejas con frutillas o
derramando por la cuneta litros y litros de jugo de huesillos. Es el punto en que el cumplimiento
del deber llega al borde de la imbecilidad.
    ¿De cuánto será el impacto en la conservación de pájaros en extinción,como el caso de aquella
noble dama que cuidó y se encariñó con su choroy,en comparación,por ejemplo,con la disminu-
ción de su hábitat  por la Industria Forestal, el uso excesivo de pesticidas y la vista "hacia el otro
lado"que se aplica a los cazadores furtivos? Yo creo que ni Moya sabe. Lo real es que el caso
resuena a "chivo expiatorio" para demostrar que el celo policial es inquebrantable aunque el cielo
se esté cayendo a pedazos.
    Los Ecosistemas se están vendiendo al mejor postor,pero el "sencillo",lo menudo de casos do-
miciliarios rinden más atención,meten más bulla y demuestran que la policía cumple con su deber.
    Desgraciado aquel que tenga un jilguero en su casa,un chucao escondido en la leñera,un hu-
milde zorzalito aguachado en el jardín. Le caerán las penas del Infierno y otras cosas más.
    La Ley es la Ley. y algunos quieren hacerla cumplir al pie de la letra.

    Que Tengan Muy Buenas Noches.
    Que Descansen.

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