miércoles, 15 de junio de 2016

Estupideces más..Estupideces menos.


  Los políticos parecen haberse puesto de acuerdo entre ellos para mostrarse convencidos de que
su total desprestigio se debe sólo al destape de las llamadas "malas prácticas",como si anteriormen-
te de que comenzara la avalancha de escándalos,todo hubiera sido una taza de leche. No están dis-
puestos a admitir que llevan como dos décadas pasándose por el trasero a la voluntad popular.
  Totalmente cerrados por sus caprichos y siendo obligados por sus compromisos bajo cuerda,por
lo cual su trabajo es visto como algo muy contrario al sentido común.
  ¿Cuánto se demoraron en discutir y aprobar algo tan evidente y necesario como la Ley de Divorcio,
la misma  que hoy parece una burla que no haya sido redactada en un dos por tres y despachada en
minutos?
  Se menciona la Ley de Divorcio,pero podría ser cualquier otro proyecto de Ley de las que están
llenas estas fatigosas dos décadas de tira y afloja.
  De afuera,da rabia y frustración pensar en todos esos procesos ahora sin explicación: tanto tiempo
perdido,tanta cháchara,tanta saliva gastada,y todo por los cerrados de mollera. Lo mismo irá a ocu-
rrir con la Ley de Aborto,las discusiones retrógradas parecen responder a los cánones de los tiempos
de la Colonia.
  Algún día,en el Futuro,miraremos hacia atrás y nos dará verguenza propia y ajena.
  A todo esto hay que agregar el filón cómico que escurre a menudo de esta falta de juicio. El Dipu-
tado Hasbún,con su especial agudeza ,filosofaba en una entrevista: "¿Qué es el sentido común?
¿Quién define el sentido común y quién puede imponer el sentido común?¿Porqué tengo que tengo
que ser yo el equivocado?¿Porqué no puede ser que ellos estén equivocados y no yo? No creo en
el sentido común." En este aforismo perfecto está el centro del desprestigio de los políticos,que
emerge de la risible seguridad con que se suben al proscenio a declamar sus ideas,sin enterarse jamás
del ridículo que cometen. Si esos impulsos infantiles fueran de vez en cuando,hasta podrían ser bien
aceptados como chispas para amenizar las noticias,pero cuando se escuchan a diario producen abu-
rrimiento por lo continuo. No falta de qué reírse,pero a veces de tanto reírnos,la risa nos deja un sabor
amargo en la boca.
  Realmente,cuesta seguirle el ritmo a la "Producción Nacional de Estupideces". El nuevo reglamento
de etiquetado de alimentos,muy celebrado a causa de los beneficios que trae al saber qué porquería
estamos comiendo,tiene una claúsula que prohibe,entre otras muchas cosas,la venta de Kinder Sor-
presa,porque trae un juguete adentro y puede considerarse como gancho publicitario. ¿Prohibirán
también las guaguitas de sustancia?¿Y las galletas Museo?¿Y los dispensadores de bolitas y muñe-
quitos?¿Qué diría ahora el chocolatero Willy Wonka,o qué haría,aparte de agarrar de los fundillos
a los que prohiben el Kinder Sorpresa y convertirlos en relleno de masticables?
  En momentos como éste es cuando se desea que este país llamado Chile desaparezca,que se hunda
para siempre en las profundidades abisales del Océano Pacífico. Allá abajo es muy seguro que las
estupideces seguirán igual,pero al menos nadie será testigo de ellas,salvo,claro..sólo nosotros.

  Que Tengan Muy Buenas Noches.
  Que Descansen.

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