jueves, 9 de junio de 2016

Matar al Mensajero Portador de Malas Noticias

Caso Caval El se hizo insoportable para la ciudadanía. Tan majadero e insufrible llegó a ser,que
terminó por romper los límites entre la Investidura Presidencial y la persona detrás del cargo.
  Michelle Bachelet perdió toda compostura dignataria que mantuvo frente a cada nueva revelación
del caso,que afectaba directamente a su hijo y nuera.
  Mas por impulso visceral que por otra cosa,a la antigua usanza monárquica,ha decidido matar al
mensajero que le trae las malas noticias. Vieja tradición que hoy se ha civilizado un poco,pero que
mantiene su raíz primordial: Los que gobiernan jamás aceptan nada que los pueda mostrar en su
imperfecta humanidad. Solo les gusta escuchar cosas excelentes de ellos,que los halaguen y los
divinicen.
  La querella contra una revista,por filtrar conversaciones telefónicas de un manoseado Caso Caval,
no es el simple ejercicio del derecho a defender la honra,sino que es la expresión clara del Poder
puro y grandilocuente que se oculta tras la Investidura Presidencial. Porque ninguno de nosotros,
sujetos simples,comunes y corrientes,podría ni imaginarse como tener al Vocero de Gobierno anun-
ciando,a todos los medios de comunicación,que defenderemos nuestra honra en Tribunales frente
a una eventual blasfemia de un sujeto,brutalmente honesto o verbalmente falto de expresión.
  Solo un Gobernante,un Rey o Reina,tiene ese privilegio al borde del abuso y el capricho,de preten-
der silenciar a los que acarrean muy malas noticias.

  Que Tengan Muy Buenas Noches.
  Que Descansen.

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