martes, 13 de septiembre de 2016

"Esos desagradables bocinazos."


  Lo más molesto en esta vida son los bocinazos,no es por su sonido desagradable o a veces esa
intensidad exagerada,sino por el vacío que simbolizan. Lo cual,se siente como algo distinto al
enojo cuando pasa un carro de bomberos o una ambulancia,cuyos sonidos son muchísimo mayor
al de los bocinazos,lo que demuestra  que nuestra paciencia psíquica a las ondas de sonido es más
o menos elástica y depende de cosas que traspasan su física.
  Que se sepa,nadie queda con los nervios de punta al escuchar el pitazo de un tren o el zumbar
de un avión;los sentimientos son otros,se podría decir que de calma,hasta relajación de uno y
euforia del otro,en cambio un certero bocinazo siempre nos deja el cuerpo como gelatina.
  Los ruidos industriales suelen equilibrar su pareja sonoridad con una gran carga de optimismo.
  Engranajes,bielas,calderas,grandes hornos,pistones que suben y bajan: unido todo esto es una
música espantosa,pero tiene sentido en la representación del progreso o,por lo menos,de la pro-
ducción. Son ruidos chatos,pero no nos dejan bailando,como posesos,el baile de San Vito. A
diferencia de aquellos bocinazos,hacen sonar su necesidad de causas y efectos,de su importancia
en la comedia humana. El tacleteo de las máquinas de escribir,la campanilla que avisa el final
de la línea,el mecanismo del timbre en las Oficinas Públicas,el desafinado sonido que hacen las
sierras al cortar huesos en las carnicerías,el movimiento giratorio y adormecedor de rodillos y
papel en las Imprentas.
  Puede ser que,en un principio,los bocinazos tuvieran una estética del Progreso;no por nada
hasta nuestros días el sonido del antiguo claxon produce un efecto cómico,que además vaya
acompañado del gracioso apretón de "la pera" de goma. Pero,en alguna parte del tiempo se
desprendió de todo esto tan bucólico y romántico,para quedar flotando en la nada. Ahora si
son un medio expresivo,lo único que expresan es una banal desesperación y envilecimiento.
  El bocinazo es la nueva lamentación de un Profeta. Es el Infierno empequeñecido a partes,
papeletas,portales de Tag,es el castigo venido de arriba convertido en semáforo apagado. De
repente ya no hubo más que un problema filosófico muy serio: la congestión vehicular,o sea
el denominado "Taco".
Resumiendo,los bocinazos pasaron a ser parte de aquel ruido molesto y agudo que acecha tu
vida: un cuento contado por alguien con escasas neuronas,ese ruido que no significa nada. Si
alguna vez nos recordaron algo,unidos en la música de nuestros días entre los cantos de los
pájaros y los martillos neumáticos que destrozan la calle por enésima vez,todo se ha ido desa-
pareciendo en un ruido vacío junto a los alborozos y la cháchara vespertina saboreando un
cigarrillo y un café.

  Que Tengan Muy Buenas Noches.
  Que Descansen.

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