lunes, 26 de septiembre de 2016

Así somos nosotros,los Chilenos.


  Nuestro viejo Chile,una vez más,estuvo de fiesta,con su bandera..ese trapo heroico,símbolo de
muchas gestas y sacrificios,flameando gallarda en los mástiles de todo el País. Celebrando entre
chichas y pipeños con exquisito helado de piña,me pareció un buen momento para pensar qué
somos. Y por qué.
  Nuestro País es como todas las Naciones:una amalgama hecha a partir de innumerables propues-
tas y referentes de identidad. Veremos,echando mano a nuestros conocimientos,de dar con los
más importantes.
  El clima Chileno,por ejemplo,pese al tibio mensaje de Don Pedro de Valdivia al Rey de España,
tiende a ser un poco frío. Por lo tanto se ha incorporado el frío a nuestra manera de asumir la vida.
  Es como si supiéramos,muy internamente,que este frío mantiene lo que somos. Nuestro frío es
una unión entre todo lo que nos rodea y nos une en forma por lo más misteriosa.
  Otro elemento tan nuestro es el cielo diáfano,una transparencia que nos une con la inmensa irrea-
lidad y los misterios del Universo.
  Nuestros cielos permiten,como ningún otro territorio al Sur de la Tierra,escudriñar las estrellas
y sus movimientos en la bóveda celeste,sus viajes y órbitas,sus sagrados hábitos siderales.
  Tal transparencia que ha atraído hasta nuestras montañas a los más famosos observatorios astro-
nómicos del Hemisferio Sur.
  No dejaremos atrás lo diáfano,lo puro y limpio de nuestro entorno,sus correntosas aguas crista-
linas,los fríos y húmedos bosques vírgenes,las altas montañas que rodean a nuestros congéneres,
secreta y hasta mágicamente,como si nos hablaran sigilosamente en nuestro profundo interior.
  Ahí está la limpieza,como una condición y un don primigenio. Aquella limpieza se juntó algu-
na vez con nuestro actuar y comportamiento,ético y socialmente. Una unión silenciosa que nos
ligaba a nuestra esencia más íntima.
  Desgraciadamente,una cualidad que ya tenemos perdida.
  Un cronista de la antiguedad relata que las aguas de Chile son:"Las mejores aguas que se cree
existen en el mundo y las más sanas;y es la tierra de tan buenos aires y tan sanos que no se ha
visto enfermar nadie por ellos." Esos buenos aires son otra herencia que hemos despilfarrado y
que debemos regresar lo más antes posible.
  Por otra parte,los terremotos nos han enseñado a no temer la desesperanza,poniendo en nuestra
mente la verdad de que la Madre Tierra es la que manda. De allí viene ese estado de alerta latente,
porque en lo más íntimo sabemos que moramos sobre la eterna posibilidad de un desastre. Y por
ende,debemos estar siempre dispuestos a recomenzar,siempre una y otra vez toda labor realizada.
  El Abate Molina,Jesuita Chileno del siglo XVIII,afirmaba que:"A pesar de esta incomodidad,los
terremotos,los Chilenos están tan contentos con su situación,que no cambiarían su país por nin-
gún otro que estuviese exento de tal infortunio."
  La naturaleza,las condiciones adversas,nos han forjado,determinando entre Los Andes y el ir y
venir del Océano Pacífico un modo de ser y sentir  que sólo,nosotros,los Chilenos,tenemos.
  Y eso nos emparenta bajo el brillo de Venus,del Lucero del Atardecer,la Estrella Solitaria.
  Todo esto nos hace únicos e inconfundibles. Los que gritamos desaforados un gol del equipo de
nuestros amores,los que nos unimos ante una desgracia ocurrida en alguna parte de este largo
País en que vivimos,los que marchamos por las Alamedas exigiendo las promesas no cumplidas,
los que a veces,lloramos en silencio la ida de un ser querido..así somos,nosotros.los Chilenos.

  Que Tengan Muy Buenas Noches.
  Que Descansen.

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