lunes, 14 de enero de 2013

Entre sombrillas,perros y mujeres ciclistas.


Hay un señor que pasa por las calles vendiendo sombrillas. No sé si tendrá éxito en su negocio pero
ya van varios días de calor increíble,de sol enceguecedor,y no he visto a ninguna mujer joven utilizan-
do estos artefactos de evidente utilidad. Quizás las sombrillas correspondan a una época que se fue defi-
nitivamente: La Belle Epoque,los días del Centenario. Otra estética,otro sentido del tiempo.otras forma-
lidades y otro ritmo,será por eso que las escasas mujeres que se ven con ellas son de la 3° edad.
No es inconveniente pensar que en el Parque Forestal (la última concresión entre nosotros del espíritu
de ése período) hoy zozobre como un trasatlántico a la deriva. Los plátanos orientales (insuficientemen-
te regados) se están secando sin vuelta.
Los fines de semana se instalan grupos de entusiastas de cualquier cosa (canutos,aficionados a la gimna
sia rítmica,impugnadores de la energía hidroeléctrica,vendedores de verdad y conciencia,etc.) con sus
escenarios desarmables y sus parlantes gigantescos,se empeñan de la mañana a la noche en ejercer su
derecho a meter toda la bulla que puedan.(hay que atraer clientela).
Que extraño que haya cundido de tal forma la idea de que para los grupos humanos es bueno y desea-
ble expresarse,hacerse visibles. Abisma darse cuenta de que hay tanta gente  con cosas urgentes que
decir,valores que fomentar,indignaciones que encauzar...¿será el inicio de los nuevos tiempos que esta-
mos esperando? En el Parque Forestal,me cuentan,han sacado adelante un proyecto bautizado "Perrito
Feliz",que consiste en disponer en una de sus zonas una cuarentena de casas para los perros callejeros.
El gran problema es que los perros son sumamente territoriales,y muy pronto tendremos casos de ataques a seres humanos por parte de una leva enfurecida. Yo,al menos,no me atrevería a cruzar de noche por el medio de una población de viviendas sociales de perros. (sería como cruzar un pasaje de un barrio bravo).
Creo que se confunden las cosas. Da la impresión de que el afecto hacia los animales domésticos sin
casa es refregarlo en la cara de los que no sienten este tipo de amor en un grado muy notorio,y de que las convicciones grupales necesitan ser inyectadas en los tímpanos de los desesperados vecinos del Par-
que Forestal,cuyas propias reivindicaciones (el derecho a tener Sábados y Domingos relativamente
silenciosos,por ejemplo) no encajan en las modas del momento.
Vender sombrillas en la actualidad es equivalente a vender "impertinentes" para el teatro. No tengo la
competencia para describir el atuendo femenino  juvenil, que cambia de acuerdo al clima y al ánimo de
cada una de ellas,pero las veo caminar rápido,con paso decidido,rumbo quién sabe adónde,generalmen-
te con una botella de agua mineral en la mano u otra clase de agua (existen bajas en sodio,frutales,con
gas,sin gas,light y un largo etcétera.) el echo que exhiben una actitud incompatible con el gesto de sos
tener una sombrilla. Muchas pasan también en bicicleta,dribleando a los peatones en las veredas y las
micros atoradas en las vías exclusivas. Con el pelo castaño al viento y los ojos clavados en un punto de
fuga,van en busca de esas rutas (uno las envidia pasar,parecen seres irreales moviéndose en otro entor
no,otra dimensión) que podrían llamarse "Las ciclovías de la Libertad".

Que tengan Muy Buenas Noches.
Duerman Bien.


No hay comentarios:

Publicar un comentario