martes, 2 de junio de 2015

Cuando nos toque despedirnos...


 Me he puesto a pensar que,junto a su testamento,uno debería redactar una lista de agradecimientos
y de despedidas cuando sienta que se acerca la hora de abandonar este vapuleado mundo. Si cada
persona hiciera este simple ejercicio les dejaría a los demás y a los que vienen un apunte mas o
menos claro de su pasar por esta vida y no tan sólo un espacio vacío entre cientos de miles de vidas
similares.
 Un registro de vidas significativas podrían ser Marco Aurelio,emperador y filósofo romano(121-
181) Jorge Tellier,poeta chileno (1935-1996) Francois Villon,poeta francés del siglo XV(1431-
1463) Allen Ginsberg,poeta destacado de la generación beat de la década de los 50 (1926-1997)
 A veces se quisiera saber que partes de la ciudad marcaría la gente del pasado como marcadores
de sus biografías. Dónde tuvieron el primer destello de la autoconciencia,dónde se enamoraron,
dónde pensaron en morir,bajo en qué arboleda;en qué esquina en especial,dónde y en qué puente
conocieron la ilusión y la desilusión. Hay pocas anotaciones que nos den pistas en ese sentido.
 Y a veces todo comienza a importar un comino para no tener comercio con fantasmas.
 Seguramente vislumbrar el esqueleto de un individuo es menos fácil que detectar su fantasma.
 Pararse en cualquier punto neurálgico de la ciudad uno podría tener esta visión: montones de
fantasmas dirigiéndose a sus respectivas actividades,trabajos,citas,encuentros,trajines. El nombre
que se les da a estos fantasmas transeúntes: "Población flotante". No se trata,por otra parte,de
llegar y despedirse,como si uno estuviera saliendo de una reunión de amigos.
 Hay que guardar un poco de aliento,bien escaso a estas alturas del partido,y lograr que las imá-
genes de nuestra vida no se alejen de nuestra frágil memoria.
 ¿Qué de todo lo acumulado en una vida estrepitosa y poco detallista será digno de dedicarle
algunas palabras en su lista de despedida? Algún árbol en especial de alguna plaza,también espe-
cial,un cine convertido en un Centro de Artes,una quebrada con palmas chilenas en extinción,
una playa cubierta de guijarros,una calle vieja que sube el empinado camino con un punto de
fuga lejano e ignoto,rejas de madera cubiertas por zarzamora,la mirada lasciva de una mujer
reclinada en una esquina,fumándose lo que pareciera ser el último cigarrillo de la noche.
 Son sólo ejemplos,tirados así al voleo,pero sirven para aclarar la idea.

Que Tengan Muy Buenas Noches.
Que Descansen.

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