martes, 13 de agosto de 2019

Mirándote a los Ojos.


    No es ninguna novedad que este mundo está cambiando. Viene cambiando desde los tiempos de
mi tatarabuela y mucho más atrás. Dicen que también ha cambiado el observador,o sea la perso-
na misma que se detiene a mirar en su engorroso entorno.
    Esa sensación de que todas las cosas presentes son tan distintas a como uno se las cedieron en
la niñez,la ha vivido todo el mundo. Los ancianos son mas sensibles a este fenómeno: antigua-
mente había respeto,antes había seducción elegante(cortejo,que quede claro),antes existía la con-
fianza en el prójimo,antes se vivía una vida más plena,sin tantos adelantos tecnológicos. ¿Plena?
Si,por supuesto,es lo que repiten los ancianos tomando ese sol de Invierno(que no calienta a na-
die),sentados en los bancos de las plazas,reafirmando sus ideas con suaves golpes de sus basto-
nes en el suelo.
    No sería extraño que salieran estudios con una comprobación alarmante:también la vida de
plaza está desapareciendo. Los viejitos,sus últimos ocupantes,fallecen;los adultos se dedican a
estresarse en sus trabajos;los niños encerrados en sus habitaciones,hipnotizados frente al com-
putador,con las mentes visiblemente vacías,a punto de ser absorbidos por un mundo virtual.
    Ya nadie se mira a los ojos porque todos están inmersos en sus celulares. Esto sucede en
el Metro,en la calle,en el interior de los hogares. Se ha vuelto común que se vaya hacer las
necesidades biológicas,con el celular en la mano. Esta observación que parece de tipo festi-
va o farandulera,es realmente un mal que se acerca sin vuelta atrás.
    Hay que considerar también que mirar a los ojos,a desconocidos por lo menos,se está
volviendo problemático.
    Antiguamente,los seminaristas al salir en grupo los instruían a bajar la cabeza si se cruza-
ban con mujeres. Ahora,con todo lo que se ha destapado en la Iglesia Católica,no sé si
seguirá esa costumbre. En la Inglaterra del siglo IXX,aparte de tener una distancia de un
metro entre contertulios,era signo de mala educación mirar fijo a los ojos. Las damas,
bajar la vista era un signo de refinamiento. Ese gesto con el tiempo se tomó como una
señal de civilidad.
    Hace poco,una mujer en la calle reprendía a un tipo porque había mirado a su hija.
    Como testigo de la escena,pude notar que el tipo miró a la chiquilla en forma distraída
aparentemente me pareció que intentaba recordar algo. Casi queda la escoba,a los
gritos de la mujer,se agrupó bastante gente y ya se veía que,sobrepasando el sentido
común,al pobre tipo lo linchaban. Quién sabe en que momento estas actitudes se han
hecho tan frecuentes y verosímiles.
    Se debería inventar una aplicación de ojos que apareciera en la pantalla del celular,
se podrían solucionar bastantes problemáticas de una vez. Quizás alguien,al levantar
la vista vería hacia más adelante y se daría cuenta,que más allá del celular existe una
realidad,que pese a todas sus falencias,mentiras,desamores hay que vivirla,y a concho.
    Sería un principio.Y eso es bueno.

    Que Tengan Unas Buenas Noches.
    Que Descansen.

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