jueves, 3 de septiembre de 2015

Control Preventivo de Identidad.(Medida muy Lamentable)


 Cuando hay miedo,se actúa en forma desesperada. Sólo unos pocos pueden mantener su tem-
planza incluso en los momentos más difíciles. Esta regla corre para todos. No importa la situa-
ción. Cuando nos invade el temor,la adrenalina nos maneja y,por eso actuamos sin medir las
consecuencias. La sobrevivencia,en ese caso,es lo único que importa. Hoy estamos frente a un
Gobierno totalmente superado y su desesperación alienta la decisión fácil y a la Agenda a Corto
Plazo. Cosa que se ve con el problema de la delincuencia.
 Como hoy ningún partido político está al lado de la libertad; el facilismo de castigar y limitar
a los ciudadanos se aprueba por unanimidad en la Comisión de la Constitución,Legislación y
Justicia de la Cámara. Así es,es el Control Preventivo de Identidad (por cualquier motivo o cir-
cunstancia) ha sido aprobado con aplausos por trece Diputados de todos los sectores políticos.
 La idea de que los policías deben actuar,ajustándose al marco de las libertades,ha sido abando-
nada por un Gobierno que tiene temor de ser asaltado. Para tranquilizarnos,se nos dice que la
policía estará limitada por la transparencia. Tendrán que identificarse y deberán publicar las
detenciones. El poder siempre es despiadado,lo demás (castigos y deberes) son sólo estúpidas
excusas para dejarnos conformes.

 Por unanimidad se aprobó el llamado Proyecto de Control Preventivo de Identidad,cuestión
que,para muchos,es un retorno al régimen de detención por sospecha. La verdad es que al
Gobierno y al Congreso no les quedaba otra que dar en el gusto a la mayoría de la población,
la que exige mano dura contra la delincuencia. La inseguridad ciudadana aparece en todos los
rankings como una de las preocupaciones centrales de todos los chilenos. Esas mismas encues-
tas señalan que la gente está de acuerdo con autorizar a las policías a exigir que cualquier
persona acredite su identidad,ya sea con el objeto de revisar si tiene órdenes de detención
pendientes o,eventualmente,con el fin de prevenir delitos.
 Se entiende la necesidad política,pero la medida,en sí misma,es muy lamentable.
 Entregarle más poder al poder nunca ha sido una buena idea,al menos para aquellos que valoran
las libertades individuales. El riesgo de abuso policial es evidente. Sin mencionar que este tipo
de controles funciona a base de intuiciones descriminatorias ¿A quién cree que van a parar los
carabineros? Al que tenga la mala suerte de parecer distinto,marginal,flaite,peligroso,foráneo en
el barrio,desaliñado,desaseado,chascón...
 Todo esto,sin mencionar el mal rato que van a pasar esas personas que sean detenidas,procedi-
miento que puede ser muy humillante si el funcionario policial se pone demasiado estricto.
 Ni hablar de aquel pobre tipo que salga sin su carné de identidad y sea (ni tan amablemente)
conducido a la comisaría más cercana para acreditar su nombre y domicilio,lo que puede
tomar unas cuantas horas...
 ¿Usted confía en el criterio de las fuerzas del orden?..Pues,yo no.
 ¿Bajarán las tasas de crímenes y delitos con esta medida?...Poco,muy poco probable.
 Pero,aunque así fuese,queda la duda de si acaso el fin justifica los medios. Hay algunos sectores
políticos que no le hacen asco al autoritarismo. Era obvio que la Derecha iba a estar cuadrada
y firme con el proyecto. Llama mucho la atención que los autodenominados Progresistas hayan
agachado la cabeza. Sin embargo,con la aprobación de la Presidenta Bachelet por los mismos
suelos,esta vez era muy recomendable legislar para la galería y rendirse al populismo penal.

Que Tengan Muy Buenas Noches.
Que Descansen.

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