martes, 25 de agosto de 2015

Ser Invisible.


 ¿Se han dado cuenta que quizás sea el Mundo Virtual el responsable de que haya prácticamente
desaparecido de nuestra imaginación una de las fantasías más atractivas de antaño? El Ser invi-
sible. En la práctica, una buena parte de la existencia humana ha ingresado a una zona tan imper-
sonal,en que nadie es quién es,ni se ve como tal,ni se llama como se llama.
 Es,como se puede decir,un personaje de sí mismo,un fantasma cuya visibilidad no es directa ni
depende del sentido de la vista. Los miedos o deseos asociados a no ser visto han quedado tras-
tocados,no tienen un punto de apoyo en la psiquis.
 Sea como sea,la figura del hombre invisible me ha estado rondando desde hace varios días atrás.
 Todo esto comenzó la semana pasada,cuando el sensor de una puerta de apertura automática me
hizo una desconocida y,con toda la ridiculez que se puedan imaginar,quedé con la nariz pegada
a los vidrios cerrados. Es muy cierto que flaco no soy ni muy gordo tampoco,pero otra cosa es ser
invisible. Por un instante al menos. No sé realmente,si fue una manifestación "del niño que lleva-
mos dentro",pero un lento escalofrío me sacudió el espinazo. Desaparecer sin desaparecer,estar sin
estar,rozar la realidad sin ser parte de ella: de un sólo golpe me volvió esa extraña sensación que
ya creía olvidada entre los cachureos de la memoria infantil.
 Y como si esto hubiera sido poco,al día siguiente volví a ser invisible. Mientras esperaba la luz
verde del semáforo,el auto que estaba delante mío comenzó a retroceder,lentamente hasta que
me topó. El chofer se bajó y,muy sonriente,me dijo: "No me lo vas a creer,eres invisible en el
espejo". O sea,para seguir con los recuerdos de infancia,resulta además que soy un vampiro.
 Cuando era niño ser invisible me parecía una idea bella pero espantosa,tan abismante como tener
la noción del infinito. Como atributo,era una serpiente mitológica que se mordía la cola,pues al
mismo tiempo que representaba cierta felicidad,producida por la noción de ver sin ser visto,como
también por la de poder jugar con la existencia de los demás haciéndoles todo tipo de bromas,en
su revés se trizaba para siempre la frontera entre el ser humano y su propio fantasma,de modo que
el atributo se convertía en una condena a la soledad perpetua de los monstruos.
 Esa condena es justamente el principio que sustenta "El Hombre Invisible" la novela de H.G.Wells
el miedo que produce en los otros un ser invisible y el mal que se incuba en el monstruo por su
condición. Ahora eso ha terminado,ya que la visibilidad no representa mucho y la fantasía de ser
invisible ha llegado a ser hasta cómica: basta ver una película para reírse al rato de algo espantoso.
 No creo que sea la pérdida de la inocencia lo que se verifica cuando las representaciones del
miedo se vuelven ridículas. Mas bien se trata de la transformación de los conocimientos,es decir,
de los lugares en que la imaginación se ha refugiado,llorando lastimosamente,pues este Mundo
Material ya no la necesita más.

Que Tengan Muy Buenas Noches.
Que Descansen.

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