viernes, 7 de agosto de 2015

Una Grosera Superstición.


 Me van a perdonar,que a lo mejor suene como impersonal y a lo mejor muy banal,pero de
repente cuesta contener la risa,y vuelvo a recalcar,no soy una persona desnaturalizada ni nada.
 Por la forma en que se ha informado la muerte del León Cecil en Zimbabwe a manos de un
dentista de Minnesota. Como un millón de personas han firmado una petición titulada "Justicia
para Cecil",y entre los indignados están celebridades Europeas y Norteamericanas como Mia
Farrow,ahora Embajadora de Buena Voluntad de Uniceff,que describió a Cecil como el "Dulce
Protector de seis cachorros" y difundió la dirección del dentista transgresor en su cuenta de
Twitter.
 Pero hay un detalle que parece haberse olvidado a muchos: Ese León,como todos sus congéneres
era él mismo un asesino despiadado que mataba a sus presas de una forma salvaje,abriéndoles el
vientre con las garras para comer sus entrañas o devorándolos del ano para adentro mientras
seguían vivos.
 E inclusive se han dado casos de machos adultos que han atacado y devorado a sus propios ca-
chorros.
 Cuando se contempla la vida de los animales salvajes,se ve la barbaridad que sigue sin cambio
desde el principio: la depredación,la supervivencia del más fuerte,un infierno hecho presente en
el planeta,y sólo queda felicitar a la raza humana por haber podido superar esto,aunque sea parcial-
mente. Cuesta entender por qué alguien querría presenciar o participar en aquella carnicería,pero
si un  dentista o quien sea se anima a hacerlo no creo que vaya a empeorar mucho una situación,
de por sí,ya catastrófica. De hecho,matando a un depredador que está al tope de la Pirámide Ali-
menticia,el cazador,seguramente,habrá salvado muchas vidas inocentes.
 A las observaciones de este tipo,siempre se responderá que hay una gran diferencia,porque los
animales cazan para comer y no por darse un placer. En realidad,y sin ser irónico,no creo que
consuele a sus presa el hecho de que van para comida y no para trofeo;me atrevo a decir que a
esas alturas ya no les interesa.
 Pero el argumento es importante por lo que revela sobre los motivos reales de quienes se oponen
a la caza. Lo que les importa no puede ser el sufrimiento o la muerte de los animales salvajes,
puesto que se producirá aún sin intervención humana.
 Tampoco se trata de una preocupación Cristiana por el alma del asesino,ya que contra él va diri-
gido sólo el odio. Lo que les importa conservar con sus manifestaciones de virtud y de indigna-
ción en Twitter,entonces,sólo puede ser su propia tranquilidad mental y su autoestima. Igual
tienen algo de Cristiano esas manifestaciones,pero es el Cristianismo en su aspecto más débil,
reducido a una grosera superstición; los acontecimientos del mundo real se pierden de vista y
lo que cuenta es el estado de la propia conciencia,de modo que la salvación se busca no a través
de los actos,sino con gestos interiores de aprobación,de rechazo o de bondad.

Que Tengan Muy Buenas Noches
Que Descansen.

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