domingo, 16 de agosto de 2015

La Virtud de la Ambiguedad.


 Al finalizar su primer mandato,Michelle Bachelet rondaba la colosal aprobación de 80%. Una
de sus más grandes virtudes carismáticas,se dijo entonces,fue su capacidad de transmitir que
todos (o casi todos) podían verse representados en ella. Para llevar esta magia hay que jugar con
definiciones lo más gruesas posibles. O derechamente,con la indefinición.
 Así Bachelet perfeccionó el arte de la ambiguedad y lo convirtió en un arma retórica infalible.
 La Presidenta decía poco, pero los políticos de diversa procedencia interpretaban sus palabras
en su favor. Había una Michelle para todos: Socialistas,Progresistas,Comunitaristas,Liberales
y hasta el Bacheletismo-Aliancista de Joaquín Lavín.
 ¿Cambió Bachelet en su segundo mandato? La verdad es que no. Sigue apostando a la indefi-
nición. La diferencia es que no es lo mismo ser ambigua con 80% que con 20% de aprobación
Ciudadana. Los 20% activan la reacción inversa: todos encuentran en sus palabras un motivo
de crítica,especialmente cuando el objetivo es desmarcarse. El esfuerzo que antes se hacía por
identificar las coincidencias discursivas con el fenómeno del 80%,nadie lo hace por salir en la
foto con la decepción del 20%.
 Fue lo que ocurrió con la comentada entrevista que dio en un medio televisivo el pasado Domingo.
 Sus detractores la leyeron como una declaración de guerra,una retirada al extremismo,una abdi-
cación del realismo. Pero Bachelet no hizo nada de eso. Si bien es cierto que señaló que quienes
creían en Burgos y Valdés llegaban para cambiarle rumbo a su Presidencia "Hicieron una lectura
equivocada" (no sé quién esperaba sinceramente que dijera lo contrario sin debilitarse gratuita-
mente como autoridad),un poco antes de esto afirmó: "Yo comparto plenamente el escenario que
los Ministros Rodrigo Valdés y Jorge Burgos tienen,en el sentido que tenemos que actuar de
forma realista". Es decir,La Primera Mandataria sigue fiel a su registro: dice una cosa y luego
dice otra. ¿Confusión? probablemente ¿Contradictorio? quizás. Pero de ahí a señalar que la
Presidenta Bachelet prefirió a los Comunistas por sobre los Demócratacristianos,o les quitó el
piso a sus nuevos Ministros,hay mucho trecho.
 No,están equivocados. Bachelet sigue igual que antes,lo que ocurre es que antes todo se le perdo-
naba,como se hace con los ídolos. Tenía un campo de fuerza que no le traspasaban las balas. Ese
campo se extinguió cuando su primogénito Sebastian Dávalos cayó en el caso CAVAL.
 Ahora la Ciudadanía la ve como una política más: no tiene propiedades místicas,no sana enfermos
no camina sobre las aguas. Sin mediar el caso CAVAL,la economía podría andar igual de mal y
algunas Reformas ser igual de impopulares,pero ella no andaría a patadas con el 20% que tanto
le pesa. Seguirá apelando a la virtud de la ambiguedad que tantos frutos dio en su carrera
política. Con mucho más éxito que ahora,seguramente.

Que Tengan Muy Buenas Noches.
Que Descansen.

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