miércoles, 15 de abril de 2015

"Cárcel sin Rejas ni Muros".


 "En exclusivo colegio de Lo Barnechea,niño de 13 años terminó en la UTI por un combo
  que recibió en el recreo."

Están juntos porque tienen casi la misma edad,porque no pueden defenderse. Porque Gigantes
sin escrúpulos y sin piedad los despiertan de madrugada,cuando sus mentes y cuerpos somno-
lientos aún,sólo quieren dormir un poco más. Están ahí porque esos Gigantes están obligados
(a ellos también los obligaron en su tiempo) a llevarlos a través de una ciudad fría e impersonal,
de tacos interminables y de un caos organizado de buses,autos,bicicletas y peatones.
Llegan hasta una fila de desconocidos tan asustados y sorprendidos como ellos.
Están ahí,les dicen,por su bien,para convertirse luego ellos,en esos Gigantes. En ésos que los
dejaron ahí,en ésos que tienen enfrente. Para aprender cosas que no saben. Para aprender cosas
que no interesan ni quieren saber.
Pasan las horas sentados contra todos sus instintos,quieren salir,quieren respirar,pensando en
una salida que no existe. A ratos se les deja correr y reir,pero se les prohibe la violencia que
aflora por todos los poros de su piel.
Se les vigila,cual cancerberos,para que sean buenos cuando han sido llevados ahí a la fuerza.
No pueden atacar a los Gigantes que los pusieron ahí,no pueden quemar ni derrumbar la cárcel
que los encierra. Y se descargan sobre los únicos que no tienen la culpa: los compañeros de
galera. Quiebran entonces,de un puñetazo,esa realidad terrible que se les vende como normal
y feliz. Y rompen el espejo para ver si pueden atravesar al otro lado,y encontrar una realidad
no tan amarga,como la que están viviendo.

Que Tengan Muy Buenas Noches.
Que Descansen.

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