sábado, 11 de abril de 2015

¿Será Natalia Compagnon una Incomprendida Emprendedora?


Cuentan que a Natalia Compagnon (la esposa del primogénito presidencial Sebastián Dávalos)
le pareció bien el reportaje que desclasificaba el negocio que su empresa Caval realizó sobre
unos terrenos en Machalí.
A Compagnon no le disgustaba la idea,pues creía que la nota reforzaba su calidad de mujer
"Emprendedora". Es la misma idea que intentó volver a posicionar esta semana en una exclu-
siva entrevista: la de una mujer profesional,independiente y emprendedora,injustamente atacada
por una Sociedad Machista y poco tolerante con el éxito ajeno.
¿Es Natalia Compagnon una emprendedora incomprendida?
Si bien es cierto que la noción de "Emprendimiento" es flexible,es probable que a los empren-
dedores etiquetados con ese riesgoso estilo de vida no les haga gracia verse retratados en los
negocios de Compagnon. A fin de cuentas,una cosa es la astucia comercial y otra bien distinta
es la creación de valor donde no lo hay.
En el polémico caso Caval,la nuera de Bachelet habría actuado más bien como una simple
especuladora inmobiliaria. No digamos que se trata de una operación que vaya a enseñarse
en las aulas universitarias ni que inspire al mundo de las Pymes.
De innovación no tiene nada. Muy por el contrario,sigue el viejo patrón de comprar barato
para vender caro. Por lo anterior,Compagnon no es una emprendedora,en estricto sentido de
la palabra,sino una astuta negociante que sabe hacerla,y muy bien.
Pero incluso aceptando la etiqueta,es bastante ingenuo pensar que la opinión pública anda
con ánimo de celebrar modelos de negocios que no tienen otro fin que el lucro privado. Los
empresarios ya no están en el Olimpo reputacional donde estuvieron hasta hace pocos años.
Sus historias ya no se cuentan como puros y blancos relatos de éxito sino a veces como
derroteros fraudulentos. En el imaginario de la ciudadanía,desde la Polar hasta Penta pasando
por Caval,todas caben en el mismo saco. Bajo este exigente nuevo estándar,Compagnon
simboliza codicia y no despierta admiración.
Queda,finalmente,la acusación de Femicidio Social. Compagnon dice sentirse descriminada
por ser mujer. Sin embargo,cuesta ver en qué sentido esa victimización puede tener asidero
en la realidad. No es que creamos que ella sea incapaz de gestionar un crédito millonario,sino
que las circunstancias objetivas del negocio sugieren una intervención "desde arriba". Si ella
no estuviera en escena y en su lugar estuviese cualquier otro varón emparentado con la primera
Magistratura,el reproche ciudadano sería casi lo mismo.
Natalia Compagnon hace lo correcto al disculparse con la Presidenta por el involuntario daño
causado. Su dolor es genuino y el abuso verbal (e incluso físico) que ha recibido debe ser cate-
góricamente condenado. No obstante,su línea de defensa sigue siendo fácilmente expugnable
y su versión de los hechos,poco convincente. Sus propios socios han contribuido a ese juicio.
Su desventura presente no tiene mucho que ver con su condición de Emprendedora y Mujer.

Que Tengan Muy Buenas Noches.
Que Descansen.


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