lunes, 18 de febrero de 2013

El Verano de las aburridas repeticiones.


Estoy seguro de que ideas de relativa extravagancia,como la Reencarnación,se originan en el hecho de
que todo cuanto podamos ver en la multiplicidad del Mundo ya lo hemos visto alguna vez. Las innume
rables imágenes a las que nos enfrentamos en el curso de la vida pertenecen a modelos acotados: a pe    sar de ser manifestaciones a veces irreductibles de lo particular,se pueden remitir a categorías genera-
les.
Nada es único,el gesto que hacemos,por ejemplo,frente a la ventana en un minuto específico (pasarlos
la mano por el pelo mientras enfocamos unas luces que se desplazan en la calle) ha sido ejecutado mu-
chas veces por otros en momentos irrecuperables.
Podría incluso llamarse de otra manera.
Este pequeño aspaviento filosófico nace del aburrimiento de estos días. Es un tipo de cosa en la que
uno piensa mientras trata de hacer algo con su tiempo libre,viendo además,de reojo,cómo el tiempo
libre se va con el vértigo circular de un desaguadero. Simultáneamente,además,la realidad se configura
con su habitual dispersión: meteoritos fragmentados,incendios en los cerros,llamadas perdidas,urgen-
cias clínicas,sueños claustrofóbicos,lista de supermercado,gritos de borrachos de amanecida,canciones
recordadas,orgasmos madrugadores,restos de café y cigarrillos,basura por botar,malentendidos que
aclarar,alarmas de autos,accionadas por gatos que te indican un nuevo día.
El verano es una hermosa inflexión de todos los años,y en Santiago no ofrece nada nuevo. Al caminar por las calles en la noche (calles de focos amarillentos,de viejos árboles alergénicos proyectando som-
bras retorcidas sobre los edificios) nos aparece a cada paso el recuerdo indeterminado de algo,de una
vida anterior no precisada,de lo que el tiempo se llevó o dejó atrás. Un conserje de camisa blanca riega
un pedazo de pasto,una mujer con vestido de algodón estampado se detiene en un paradero de micros,
un noctámbulo paseando a su perro,desde un balcón nos saluda una melodía que nos transporta a nues-
tra adolescencia,como a la persona que embelesada la está escuchando mientras aspira el humo de su
cigarrillo; todo eso lo hemos experimentado antes,en los veranos perdidos de la memoria. Aún si apa
reciera doblando por la esquina la imagen personificada del Amor,uno podría decirle: yo te conozco.
El verano es un viejo éxito de la canción popular repetido hasta el cansancio. Nunca estamos lo sufi-
cientemente alertas para sus repeticiones,sus insistencias oblicuas. De un día para otro nos descubri-
mos boqueando en la soledad,dando vueltas sobre las sábanas,pensando vagamente en el día siguiente,
en el subsiguiente y en el que viene después,mientras escuchamos a lo lejos,portazos,discusiones,risas
intempestivas,ladridos de perros,un gol gritado a todo pulmón y desgraciadamente sirenas de policía
y ambulancias.            

Que tengan Muy Buenas Noches.
Que Descansen.

No hay comentarios:

Publicar un comentario