"Tus Derechos y los míos...¿Y los Derechos de los otros?"

Tres balas y dos vidas. Antes de saber qué era vivir dos jóvenes aprendieron a morir. No respetaron
una entrada que un chileno,tan chileno como ellos aunque creyendo que tenía mas derechos,que
ellos,pensó que valía mas que sus vidas. Quiso dar una lección pero le importaba muy poco que
los aleccionados aprobaran o reprobaran el curso. Quiso dejar muy en claro que la calle era suya
y sólo suya. No les robaba la vida a esos jóvenes entonces,sino la nuestra,la tuya,la mía,la de todos
 los que circulamos y circularemos por esa calle. Defender la vida de esos jóvenes es defender no
el derecho rayar la calle,sino caminar por ella,a respirar el mismo aire,a ser ciudadanos,es decir
habitantes de la misma ciudad.
 El asesino de esos jóvenes es un desquiciado que no merecen justificación ni explicación alguna,
pero no es distinto de quienes golpean sin misericordia al ladrón que pillan robando,o al que desea
la expulsión de todos los peruanos afincados en Chile,o el que espera arriba en su torreón de Twitter
algún error (de quien sea )que censurar en forma despótica e irreverente.
 El hecho que hayamos convertido a esos vengadores anónimos en héroes contemporáneos tiene
mucho que ver con esas balas percutadas que creían que estaban haciendo justicia,justamente por
sus propias manos.
 Las" Uvas de la Ira" no cuelgan en vano.  Tarde o temprano,más temprano que tarde,alguien
termina por exprimir su terrible fruto. Tarde o temprano los países se emborrachan con ese vino.
 La perpetua sensación de ser burlado,escupido,violado y mentido y desmentido termina por
convertirse en un llamado absurdo a esconderse en su trinchera y escupir odio y fuego desde ella.
 La idea de que tenemos todos es la obligación de luchar por nuestros derechos termina por hacer-
nos olvidar,lo que verdaderamente es noble,que lo verdaderamente humano es justamente la
capacidad de luchar por el derecho de los otros.

Que Tengan Muy Buenas Noches.
Que Descansen.