domingo, 15 de noviembre de 2015

Clamemos por la Ciudad Luz...


  Puede que sea probablemente cierto que nuestra sensibilidad respecto de la violencia y el horror
sea selectiva. Lo que ocurre todos los días en el Oriente Medio,en las profundas sabanas y desier-
tos Africanos o incluso en las tierras de Arauco parece importarnos menos que las imágenes de
un atentado en París. Pero esa sensibilidad selectiva no es irracional. Está fabricado sobre una
serie de fundamentos y asociaciones simbólicas.
  Un ataque al centro de la Civilización Occidental nos duele de especial manera porque nos sen-
timos portadores de esa herencia y tributarios de esa Cultura. Francia se ha ganado,además,un
lugar especial en el Mundo. Los grandes principios de Libertad,Igualdad y Fraternidad nacidos
en su convulsionada experiencia revolucionaria resuenan con singular estrépito en el Mundo
Democrático.
  Por eso es alarmante los blancos escogidos por los terroristas: un partido de fútbol,un concierto
de Rock,una amena terraza de un restorán. Se pensaría que los Yihadistas están mandando un
ácido mensaje contra el modo "de vida decadente de los Infieles",porque ISIS,guardando las pro-
porciones,también nos odia a todos nosotros. Cuando se menciona "nosotros",se está pensando
en Cristianos y Ateos por igual.
  Por supuesto,la Conquista de Sudamérica no es un tema que sea de prioridad para los Radica-
listas Islámicos. Nuestras Naciones no son las que están haciendo ejercicios militares en Terri-
torio Sirio,por ejemplo. Sin embargo,que no haya razón para temer represalias en suelo Chileno
no descarta nuestro deber de empatía con el Pueblo Francés. El Fundamentalismo Religioso y
Teocrático desconoce libertades y valores básicos que nuestra forma de vida da por descontado.
  Ahí viene la incómoda pregunta que resurge cada vez que grupos como Al Qaeda,Hamas o Isis
se concedan un evento terrorista: ¿Cuán importante es la militancia religiosa de estos grupos
en su determinación terrorista? ¿Cuán importante es el Credo Musulmán en la justificación de
una política cobarde y literalmente criminal como la mostrada? ¿Es la Fe Coránica el elemento
indispensable del impulso de muerte que demuestran los mártires de la Jihad?
  No hay respuestas fáciles y por cada ejemplo que se muestre hay un contraejemplo. Nuestros
prejuicios forman parte de ese intenso análisis. Los creyentes querrán separar el fenómeno de
la Religiosidad de sus potentes efectos negativos. Los Ateos serán menos benevolentes al res-
pecto. Pero a estas alturas parece indesmentible que cierta lectura del Islam,en conjunto a otros
factores geopolíticos,identitarios y mediáticos,de origen a una mezcla de delirio tóxico yletal
para quienes estamos del lado Occidental de la Historia.

Que Tengan Muy Buenas Tardes.

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