lunes, 30 de noviembre de 2015

El Rito Engañoso.


  No termino de entender por qué el Estado tiene que meterse en la intimidad afectiva de las
personas. La misma ceremonia del matrimonio civil tiene una cubierta de pantomima absurda.
  Algo no entra en esa Liturgia Laica,en la cual un empleado Fiscal se reserva la facultad de
dar orientaciones y consejos a los futuros esposos. Se ha visto incluso a más de uno que enri-
quece su libreto con énfasis teatrales. En esencia se trata de la firma de un contrato que muy
bien podría ejecutarse en  silencio y el resultado sería el mismo.
  Hace años fui a un matrimonio de ésta índole en una oficina del Registro Civil,vino el discurso,
a medias legal y a medias moral. Cuando pronunció la frase: "Los declaro marido y mujer",un
invitado que estaba entre los concurrentes,comentó: "El poder cambiante del lenguaje: Lo que
no era,es". Hay que agregar que este acto del habla necesita de una investidura,de un oficiante
autorizado. Porque si yo me aproximo a una pareja de enamorados y les digo: "Los declaro marido
y mujer",mi frase no tendría valor alguno.
  Quizás a la gente le gustan los ritos porque encuentran en ellos la estela de un sentido para una
vida que se presenta muchas veces hostil y caótica. En ese empeño se ha caído mucho en la
exageración (instigada por la "industria del Retail") de consagrar días a la Madre,al Padre,al
Niño,al "Adulto Mayor",a la Secretaria,y así un innumerable etcétera. Un Profesor de mi Secun-
daria,alegaba: "Luego vendrá el día de la gimnasia,después seguramente el día de la no gimnasia,
mas tarde el día de la uva,del hollejo de la uva,de la pepa de la uva,del pámpano..."
  Se notaba que estaba chato con "el día de..."
  La latosa canción "Un año de amor",irresistible para las mujeres,demuestra una realidad funesta:
la gran importancia que se le da al cómputo en el trance amoroso,"Entenderás en un solo mo-
mento/ qué significa un año de amor",canta Luz Casal poniéndole cualquier color,y uno se
quema pensando qué tanto puede significar en verdad: 365 días parecen tan emocionantes como
45,69 ó 99 y medio.
  Volviendo al principio,el matrimonio religioso sí tiene que ver con un simbolismo íntimo,puro
y profundo. Un amigo mío,no se casó por la iglesia,él y su pareja supusieron (y con una gran
razón) que para embarcarse en aquel rito era básica la Fe,de que los dos carecían en gran parte.
  Y por lo tanto y por lo mismo,fueron respetuosos con los significados removidos por el Sacra-
mento.
  El otro gran obstáculo es "el pánico escénico",entrar por la nave central a paso lento del brazo
de tu Padrino/Madrina,mientras cientos de miradas filudas de señoras inquisitivas se clavan en
nuestras humanidades recorriéndolas de la cabeza a los pies. Siempre hay señoras en los matri-
monios (que por mucho que uno las mire de reojo,un gran porcentaje de ellas ni sabes quienes
 son) y en Chile representa una Ley no escrita del deber ser,de lo adecuado,de lo pertinente.
  A mi hijo mayor,cuando era niño lo llevaron a un Matrimonio,iba de traje y corbata,causó
sensación. Inclusive más que la pareja de recién casados. Tiempo después me estuvo hablando
sobre su miedo a las brujas. Traté de explicarle que las brujas no existían y para reafirmar mi
argumento le pregunté si alguna vez había visto una.
  "Sí",me contestó muy resuelto,"en el Matrimonio".
  "La Verdad está en la boca de los niños".
  Realmente no fui muy sincero en la respuesta con mi hijo. Las brujas en verdad existen.
  Estoy casado con una.

 Que Tengan Muy Buenas Noches.
 Que Descansen.


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