domingo, 12 de julio de 2015

"No hay plata"


 No hay plata. Como una madre que le explica al insistente hijo menor que no puede comprarle
el juguete nuevo que él desea. Aunque alguna vez se lo haya prometido. Es que sencillamente
no hay plata. Esa es la situación de nuestro Gobierno después del acto de "Sinceramiento y
Realismo" (como lo calificaron algunos medios) de la Presidenta Michelle Bachelet. Con las
expectativas de recaudación presentes no se alcanzan a pagar las ambiciosas reformas que con-
templaba su programa. Da lo mismo a estas alturas de quién sea la culpa: sin crecimiento sustan-
tivo es como: "Platita en la mano,potito en el suelo". La voz de alarma ya se había dado en
algunos Parlamentarios Oficialistas. Pero la confirmación de la Presidenta de cara al País marca
un hito histórico como político.
 Hace doce meses la percepción era distinta,la gran pregunta del 2014 era si acaso el diagnóstico
de la campaña había sido correcto. Especialmente ante la refriega de los Apoderados de Colegios
Particulares Subvencionados,varios en la Nueva Mayoría se preguntaron si acaso era cierto eso
de que los Chilenos querían cambiar el modelo. Si acaso no había sido un error calcar el libreto de
"La Calle" que abrumó al ex-presidente Sebastián Piñera. En cambio,hoy la inquietud es distinta.
 Ya no se trata de dudar mayormente la narrativa que sustenta las reformas. Esa etapa parece ya
superada. La duda del 2015 es si acaso los recursos disponibles (económicos y políticos) son
suficientes para acometer las transformaciones estructurales que (todavía) Chile necesita.
 Este giro en el discurso,aunque no lo parezca a primera vista,es un salvavidas retórico para la
Moneda. La Administraciones que muestran la billetera gorda y jugosa no tardan en recibir
pliegos y pliegos de peticiones y demandas. Por el contrario,las que lloran miseria y gimotean
que están en la inopia,tienden a zafarse del síndrome del Viejo Pascuero. La Presidenta no
está diciendo que los ideales que inspiraron su postulación y que orientan su segundo Gobierno
hayan cambiado.
 Los Movimientos Sociales pueden estar tranquilos: no es que no tengan razón,es que vamos a
tener que andar más despacio. Gradualidad,esa palabra que aprendieron a odiar las nuevas
generaciones.
 Por supuesto,también hay espacio de la crítica.
 Como lo han reconocido altos personeros de la Concertación,el Proyecto Bachelet 2.0 comenzó
apenas ganó Piñera. Tuvieron tiempo de más para prepararse. Pero no lo hicieron. ¿Exceso de
optimismo? o les falló el cálculo. Es comprensible que esta nueva camada de Líderes de la Centro
Izquierda desestime la tecnocracia noventera y quiera reivindicar el arte de la política.
 Pero sin el dominio técnico adecuado,la política se vuelve demagógica. Un coscacho y un tirón
de orejas para los que prometieron lo que no podrían cumplir.
 Personalmente,de mi preferencia sería una PLR bien ejecutada.

Que Tengan Muy Buenas Noches.
Que Descansen.

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