viernes, 10 de julio de 2015

"Un Amigo me dijo que un Amigo..."


 Pasadas las nueve de la noche del Miércoles las bencineras de todo Santiago y de varias otras
ciudades de Chile,mostraron un movimiento inusual. Miles de personas esperaban en largas filas
para llenar sus estanques ante un posible debastecimiento que se anunciaba para el día siguiente.
 Un par de horas antes,a través de WhatsApp,habían empezado a circular unos mensajes anun-
ciando un supuesto e inminente paro de todas las plantas de combustible. El origen de dichos
mensajes era desconocido y su veracidad para nada comprobada,pero la fuerza e instantaneidad
de las Redes Sociales dio pie a que un grupo de Chilenos fuera en masa a llenar sus estanques.
 La información saltó a Twitter y se siguió difundiendo rápidamente. En esas horas se escribieron
14.420 tuiteos sobre el tema. El peak de menciones en Twitter se dio a las 21 horas,con 3.418 tuits
y el tema se mantuvo en la Red Social hasta alrededor de la una de la mañana.
 "Qué increíble que la gente le dé un carácter casi divino a lo que lee en WhatsApp. Es como si
fuera ley,es impresionante. La gente le hizo caso casi inmediatamente. Eso quizás se podría
esperar de gente que no tiene educación,pero este no fue el caso",dice Daniel Halpern,Académico
de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad Católica.
 La clave está en la fuente a la que aludía el mensaje: "Me acaba de avisar un amigo..."
"Confiamos en nuestros amigos. La gente cree porque un amigo no te va a mentir,es muy difícil
refrenar estos casos porque la gente confía en sus amigos,familiares y cercanos",dice el Especia-
lista en Redes Sociales.
 Habría que desmentir la información por el mismo medio. El Gerente de Copec debió mandar un
WhatsApp desmintiendo la información. Se desmintió,pero la gente no creyó,por la desconfianza
que existe en las autoridades.
 Desgraciadamente hace bastante tiempo que se perdió la credibilidad.

                                           MEJOR NO SABER Y NO PREGUNTAR.

Primero fue el Facebook,un sonriente recorrido en los recuerdos que se transformó en un área
de mercadeo,mascotas sonrientes,teorías de conspiración y autoayudas de todos tipos.
 Luego fue Twitter,que pasó de ser una plaza pública a un matadero municipal en que los peores
instintos de la peor calaña de personajes anónimos se fue dejándose ver en total libertad.
 Ahora le toca al WhatsApp,esa aplicación tan inocente,tan carente de glamour,sin nada de magia
que,sin embargo,quizás por eso mismo ha desarrollado la sicosis más extraña del Chile de ahora.
 Una sicosis que vuelve a remarcar el hecho aparente y discutible  de que la ignorancia total
es siempre mejor que el conocimiento a medias.
 WhatsApp es la Red Social de los padres y apoderados,el refugio del oficinista apurado que nece-
sita saber si hay que ir con corbata mañana,el patio de recreo del pequeño empresario que quiere
leer chistes,copuchas y chicas desnudas..o chicos.
 A nadie se le puede ocurrir que alguien tenga espacio mental y tiempo,para informar algo que no
sabe y conseguir lo que nadie más parece querer,y sin embargo se esfuerzan con mucha tenacidad
para conseguirlo. El ritmo en que una red social pasa de ser un juguete divertido a una herramienta
de desinformación,mentiras y locuras varias no deja de ser alucinante. Nada parece distraernos
mejor de nuestras desgracias reales que inventarnos problemas que no tenemos.
 Como si la desesperación fuese el único lenguaje que entendemos y corremos hacia la oscuridad
de la noche ante la mas mínima amenaza.

Que Tengan Muy Buenas Noches.
Que Descansen.

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