miércoles, 11 de febrero de 2015

Las amargas vacaciones de Michelle Bachelet.


Le amargaron las vacaciones a la Presidenta Bachelet. Grande es el dolor de cabeza que le
está dando su hijito Sebastián Dávalos por el cuestionado crédito millonario que su empresa
familiar Caval Limitada obtuvo del Banco de Chile apenas 24 horas después del triunfo de
su madre. Justo cuando el Gobierno revertía la tendencia a la baja en los sondeos y festejaba
una seguidilla de emblemáticos proyectos de ley aprobados,el foco vuelve a ponerse en un
aspecto negativo de su entorno.
Contra las cuerdas y pidiendo aguita se encontraba la Derecha después de registrar un escuálido
11% de aprobación. El llamado "Nueragate" los envalentona para apuntar con el dedo a La
Moneda y acusar que,respecto a la turbia relación entre dinero y política,en todas partes se
cuecen habas.
La Nueva Mayoría puede alegar que la magnitud de la defraudación sistemática que involucra
a varios Parlamentarios Gremialistas no se compara con los condoros del "Primer Damo"de
palacio. Pero en la retina de la opinión pública quedan todos manchados.
La participación del hijo de la Presidenta en un lío que involucra un trato bancario innegable-
mente preferencial (atendido por el propio Vicepresidente de la institución y accediendo a un
préstamo que ninguna Pyme de ese tamaño consigue) afecta la credibilidad de la narrativa
contra los abusos y la desigualdad que prometía el segundo mandato de Bachelet. En esta
historia,Sebastián Dávalos aparece del lado de "Los poderosos de siempre" que el Oficialismo
dice combatir. Sostener que nunca quiso aprovecharse de su posición es inocente,sobre todo
después de saber que su presencia en la reunión clave era considerada "Artillería Pesada"para
influir en la decisión del Banco.
El Gobierno ha insistido en que Dávalos (Director del Área Sociocultural de la Presidencia)
no ha cometido ilegalidad alguna,pues fue un contrato legítimo entre privados previo a la
toma de posesión de Bachelet 2.0. Si se descarta el eventual tráfico de influencia para afectar
el plano regulador donde se haría efectivo el negocio,Dávalos está libre de polvo y paja frente
a los cuestionamientos legales. Sin embargo,fue la propia Concertación la que elevó el
estándar de exigencias en tiempos de Piñera: "No basta que las Autoridades cumplan la Ley,
sino que además deben ser ejemplares en la dimensión ética y estética". Si ésta es la vara,el
hijo de la Presidenta no debería seguir en su puesto. Llama la atención que una persona tan
cercana al poder no se abstenga de participar en actividades comerciales millonarias.
De Piñera se decía que tenía "incontinencia bursátil",pues Dávalos exhibió una preocupante
"incontinencia especuladora" que revela un patrón de nula prudencia política que puede
terminar por dañar a su propia madre.

Que Tengan Muy Buenas Noches
Que Descansen.

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