sábado, 21 de febrero de 2015

"¿Matar al Hijo?" Problemática de Michelle Bachelet.


Michelle Bachelet regresa de vacaciones y son muchos los que están esperando que se pronuncie
respecto del caso CAVAL y la renuncia de su primogénito al cargo de Director Sociocultural de
la Presidencia. Sin embargo,no es evidente que lo haga.
Bachelet ha hecho carrera política por una serie de virtudes,una de las cuales es hablar poco.
Las veces que dice lo que piensa (como cuando advirtió que su instinto le aconsejaba retrasar el
Transantiago) se mete en problemas. Por lo anterior no sería raro que sus asesores le recomienden
guardar estricto silencio acerca del llamado Dávalosgate. La esperanza es que Marzo venga bien
cargado a la discusión Legislativa y los avatares del "Primer Damo" queden archivados en el
olvido. Por cierto,es una estrategia que irritará a la Oposición y a todos quienes consideran que
es imprescindible saber cuánto sabía la Presidenta de los negociados de su hijito.
Si decide romper el hermetismo los caminos disponibles son básicamente dos. El primero es
prestarle ropa  a Sebastián Dávalos. Es decir,confirmar la versión oficial: fue un acuerdo entre
privados,no hubo nada ilegal y su hijo dio una lección de generosidad al dar un paso de costado
para no afectar al Gobierno. Probablemente sea la opción favorecida por su incondicional amor
maternal. Pero no es la mejor cara a la Opinión Pública. La Ciudadanía ya se hizo una idea (justa
o injusta) acerca del talante moral de Dávalos. Si Bachelet opta por protegerlo,se contaminará
con un libreto que ya casi nadie cree.
Tiene una segunda alternativa: reconocer que Sebastián Dávalos fue imprudente pues no compren-
dió a cabalidad las exigencias de una estricta separación entre negocios y política,que sin ir más
lejos es la reconocida crítica  del Bacheletismo a Sebastián Piñera. Si la Presidenta le tira las orejas
públicamente a su hijo la señal política es relevante: Al vestirse de Abraham ofreciendo en sacri-
ficio a la sangre de su sangre,Bachelet recuperaría la altura ética que se requiere para demandar
gestos equivalentes a sus adversarios (que hasta el momento no han hecho efectiva ninguna respon-
sabilidad por el caso PENTA.)
En el juego del Poder se suele hablar de la necesidad de "matar al Padre" cuando los hijos tienen
que sacudirse la sombra paterna (o materna) para brillar con luces propias. El caso CAVAL pone
a Bachelet en una situación curiosa,pues le conviene "matar al Hijo" para cortar una infección que,
en apenas una semana fue capaz de enfermar a su Administración. No es muy probable que lo haga
(Madre hay una sola) pero es una buena salida para convertir una crisis en una gran oportunidad.

Que Tengan Muy Buenas Noches.
Que Descansen.

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