martes, 17 de marzo de 2015

"Gloria al Pulento".


 Circula el rumor de que el conocido Predicador "Gloria al Pulento" ha dejado para siempre este
triste valle de lágrimas. Otros aseguran que ya había fallecido,o sea no es la primera vez.
Nada de que extrañarse. Hay varias muertes. Así como los gatos disponen de muchas vidas para
una sola muerte,a nosotros nos tocaron numerosas muertes para una sola vida.
Como sea,la noticia me quedó rondando en la cabeza,y su imagen neblinosa de "Gloria al Pulento"
en su auge,que por lo demás fue una de las primeras imágenes que se me quedaron grabadas
cuando llegué a Santiago.
Paseo Ahumada,años ochenta ya  tirando a los noventa: el desgarbado Predicador saltaba y saltaba
de un lado a otro,apuntando al cielo con su Biblia y gritando las alabanzas que lo hicieron famoso:
"¡Gloria al Vengador!","¡Gloria al Terrible!","¡Gloria al Pulento!".
Era tal su excentricidad que,de repente uno podía pensar que era todo una parodia. Los Predicadores
solían ser mas bien rechonchos,ordenaditos,bien peinados,y su estilo retórico era ampuloso y
grave,con acento caribeño impostado y gesticulaciones que en vano intentaban fluir del plácido
éxtasis a la furia exaltada. El "Gloria al Pulento" contravenía cada una de estas convenciones:
era flaco,alto,destartalado,ágil,hiperactivo,descontrolado,y su estilo era directo,coloquial y
divertido,con acento chileno y popular. Prefería la alabanza coreográfica al sermón moralizante.
Además,no le importaba su aspecto ni su vestimenta,era natural. Nunca sobreactuaba como
sus colegas,sino que parecía estar directamente poseído por el espíritu de la exageración.
Con todo lo esperpéntica que pudiera ser,curiosamente su imagen corresponde con cierta sobriedad
con cierta resistencia sui generis a lo bananero. Entiendo que "Gloria al Pulento" había sido
mecánico,hasta el día en que sintió el llamado divino y,como el personaje de la canción de
Doménico Modugno que falta al trabajo para "darle un puntapié a la ciudad",se lanzó a las calles
a ejercer el oficio de saltar y saltar,negándose a seguir en el negocio de vivir y comerciar.
Representaba sin proponérselo un papel de obstinado rebelde,reacio a los brillos de cartón piedra
que traía el futuro. La vocación de saltar y glorificar al Pulento,antes que el fanatismo religioso,
simbolizaba una especie de libertad y un descarado desprecio a las luces de este nuevo Chile
que se avecinaba,donde las calles ya no le sirven ni a los locos para bailar,sino que están
resignadas a ser aplanadas por sujetos o cyborgs que andan con piloto automático y sus ojos
fijos en sus Iphone,en busca de un Servipag. Mientras los jóvenes estudiantes,con miras y
rumbo a un nuevo futuro; disfrazados de zombies,oliendo a pescado y vinagre..piden algunas
monedas en las esquinas.

Que Tengan Muy Buenas Tardes.
Que Descansen.

2 comentarios:

  1. ese personaje fue muy famoso en viejo santiago, quedara recuerdo de varias generaciones de santiaguinos, que estés en cielo

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  2. ese personaje fue muy famoso en viejo santiago, quedara recuerdo de varias generaciones de santiaguinos, que estés en cielo

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