jueves, 26 de marzo de 2015

Viejas Cahuineras de Mierda...


Todos hemos estado pendientes de la gran tragedia que azota al Norte de nuestro País. Con los
avances de la tecnología es como si estuviéramos ahí,inmersos en ese inmenso desastre.
Ante esa catástrofe natural tan desgarradora,tan total,tan dolorosa,parece no caber más que la
ayuda solidaria o simplemente el silencio.
Por difícil que parezca,algunos encuentran sin embargo,de encontrarle a la lluvia un culpable.
Les parece que debiéramos estar preparados para lo imprevisible. Viven,con gran esfuerzo,
buscando inoperancia,juicios políticos y paredones cuando el barro todavía no se ha secado
y familias enteras están esperando rescate en el techo de sus casas.
No se por qué les resulta consolador pensar siempre que son víctimas de una gran conspiración,
una enorme intriga de la que ellos y sólo ellos tienen la solución. Es eso lo que en el fondo les
importa: no la verdad,no la denuncia,no la mejora de la ayuda o del rescate,sino la reafirmación
de sus propios y anegados egos. Ellos saben,ellos denuncian,ellos opinan y así dejan muy claro
que la tragedia no los alcanza,que están mas allá de la tormenta,del volcán o del incendio forestal,
que a ellos la naturaleza y sus excesos no los va a engañar...(vamos a un corte y ya estamos en
contacto con nuestro periodista en el Norte..casas derrumbadas,gente con barro hasta la cintura,
mas barro,mas agua..barro por doquier..)
Su eterna sospecha se parece horriblemente a la soberbia. No admiten que los accidentes ocurren,
que la muerte muere,que el dolor duele,que la tristeza es más que la palabra.
No entienden,por último,que ese murmullo de vieja solterona cahuinera en que se distraen es
(ante el dolor de los demás) una suerte de insulto,tirado violentamente a la cara.
(panorámica del alud que baja por la calle principal,arrastrando todo tipo de desperdicios y
animales muertos,al fondo se divisan cuatro personas en el techo de una casa esperando rescate)
Sólo a los que no conocen el dolor de verdad les consuela inventar un culpable. El verdadero
dolor no clama por dedos alzados sino por unas manos abiertas,no quiere saber primero quiénes
fueron o son los culpables: quizás esperen abrazos y abrigos. Y sin dudas ni rencores.
(Vamos a comerciales...)

Que Tengan Muy Buenas Noches.
Que Descansen.

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