lunes, 23 de marzo de 2015

Un muy Mal Chiste.


Quién sabe de dónde les vendrá a los políticos su propensión a los juegos de palabras,a las
ocurrencias humorísticas,a la frase golpeadora. Siempre están recurriendo a estos lancetazos de
estilo,aunque éstos sean dudosamente eficientes y demasiado a menudo les salga el tiro por la
culata. Esa manera de hablar tiene algo de vieja retórica de Club Radical,con discursos llenos
de frases hechas y golpes de efecto,pero todo ya medio aguachento y revenido,como si hubiera
evolucionado en reversa y ahora estuviera empantanado a mitad de camino entre el original
y la parodia.(Siquiera en los tiempos del Club Radical,esto era amenizado con costillares de
chancho,buenos mostos y empanadas,de las caldúas.)
A cada rato salta un ejemplo de ésto y el más reciente lo dio Jovino Novoa,que para justificar
su decisión de guardar silencio ante la Fiscalía por el caso Penta declaró que "estamos frente a
una investigación ideológicamente falsa". ¿Hay que ponerles subtítulos,como las películas
yanquis,a los Políticos para entender lo que están tratando de decir? Evidentemente,Novoa
quiso expresar con esa frase sus aprensiones con respecto al trabajo del organismo que lo está
investigando,trabajo que al parecer considera incorrecto o improcedente. Opinar eso no tiene
nada de reprochable; por el contrario,intentar desacreditar a los acusadores es sólo un ejercicio
del sagrado derecho a pataleo. Lo raro es por qué lo dice así,a modo de chiste,cuyo destino
en la opinión pública es,a lo más, sacar una sonrisa a lo Meme Troll Face.
Hacerse el simpático o no,ésa es la cuestión. El que dominaba muy bien ese recurso era el
Almirante Merino,cuyos Martes eran una puesta en escena de la farsa general que representaba
en ese tiempo la relación entre la prensa oficial y el régimen. Con tal grado de verticalidad en
la información,conocer opiniones oficiales estaba completamente de más: era una redundancia.
De ahí que Merino recurriera al chiste (su candidato caucásico o mapuche,sus auquénidos
metamorfoseados) para pasar el rato,para distenderse,para chacotear con lo manifiesto. Él no
estaba para preguntas,a él nadie le iba a sonsacar información relevante. La risa,la respuesta
sarcástica,era así un arma retórica ejemplar para golpear la mesa,para cantarlas claras,para
poner en evidencia su poder e impunidad.
Quizás por ese lado,por el de la situación personal con respecto a la verdad,el uso del chiste
entre los Políticos se ha vuelto tan común para enfrentar los momentos difíciles: tal vez piensan
que así representan una forma de sentarse en los hechos,como un intocable,aunque está claro
que con los años la risa retórica ha cambiado de carácter y,lejos ya del rictus satisfecho del
 Almirante Merino,ha comenzado a parecerse a la mueca del pícaro sorprendido con las manos
en la masa,esa risita nerviosa y su talla de última hora,tirada por si acaso,por que sí,porque en
una de ésas,porque quién sabe el milagro que pueda ocurrir.                                                                   Porque ya estando metido hasta el cuello en el fango,sin saber nosotros cómo,salga libre de
polvo y paja.
Solamente lo sabrán sus amigos influyentes,ese 1% que mueve todos los hilos de este País.
Y ése desgraciadamente es un Mal Chiste.

Que Tengan Muy Buenas Noches.
Que Descansen.

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